¡ Hoy tocaba gritarlo !








  
El anciano que veis, se llama Ángel Muga, murio hacia el 19 de Marzo del 2019. No es mi padre, es mi suegro, pero llegué a amarle como si lo hubiera sido, y se que él a mi también. El es el claro ejemplo de como se puede manipular a un anciano sin conseguirlo...aunque todo aparente lo contrario. 
Yo era casi una niña, orgullosa e independiente y no se lo puse nada facil al principio. Pero Ángel, perdonó mis errores y fué sembrando el amor en mi. Mi suegra Olegaria, habia muerto cuando el rondaba los cuarenta y pocos años, demasiado joben para estar tan solo...se dedicó a trabajar y poco más. Una vecina le presentó a una mujer y rehizo su vida junto a ella. Era un hombre timido y reservado que evitaba los enfrentamientos, y eso, nos llevó a hablar por telefono o quedar a tomar un café a escondidas a partir de entonces. Llegamos a ser tan complices, que con la mirada nos entendiamos. Entonces fuí descubriendo a un hombre culto y sabio, con el que podias hablar de cualquier cosa sabiendo que jamás hablaría de ello porque tenia una   una empatia y generosidad increibles.
Un día caí muy enferma y todo mi mundo se desmoronó, todos mis familiares fueron desapareciendo...todos, menos él. En los hospitales, en las pruebas médicas, en los largos tratamientos o en las muchas operaciones que afronté durante años, siempre tenia su mano agarrando la mia y sus lágrimas acompañando a las mias. A pesar de que lo tenia que hacer a escondidas, jamás me abandonó. Los dos solos enfrentamos un camino duro y doloroso en silencio. Un día nos cruzamos en la calle y nos abrazamos, su pareja nos soltó y me dijo que no me volviera a acercar a él. Nos separamos llorando, pero eso a ella no le importó, yo me habia divorciado y ya no era de la familia -eso fué lo que me dijo- 
Durante años finjimos que no nos hablabamos y los demás lo creyeron porque era lo que le habian dicho que tenia que hacer, y porque en realidad, le tenian por un anciano obediente.
Lo único que nos robaron fue su entierro...me lo dijo su hija en mi casa varios días después del suceso. 
También me dijo que en su cartera, entre otras, habian encontrado una foto mia - parecia extrañada al contarlo. -
Nadie supo nunca que desde la residencia a la que le llevaron a morir me llamó para despedirse, y que nosotros, no necesitabamos una misa para sentirnos cerca. Que daba igual donde estariamos porque nos seguiamos queriendo.Aunque para mí, fué muy doloroso ver el poco respeto que mostraron hacia  sus sentimientos algunas personas.
Los ancianos deberian de sentir nuestro respeto hacia ellos y no deberian de sentirse presos de los sentimientos ajenos. Su libertad al elegir, deberia de primar sobre nuestro egoismo. 

 
 Hoy tocaba gritarlo TE SIGO AMANDO amigo, protector, más que padre... ( tu "Mary tere" como solo tú me llamabas y a mi me encantaba ).