Entrada Juevera : El tiempo que se escapa.

 

Nuestra conpañera Inma nos invita a escribir sobre "El tiempo que se escapa". Si clicais en sú nombre, os lleva al blog de Inma y a los enlaces de los demás compañeros. Como siempre,  las normas, las de nuestro compañero Tésalo. Disfrutar de las lecturas y feliz semana. 

Han pasado treintaiseis días desde mí ultima entrada, ochocientas sesenta y cuatro horas...parecen muchas ¿ verdad ? Para mí han sido pocas. Cuando sientes que dejas muchas cosas pendientes, que en tan pocos días has vivido demasiadas emociones, y que los sentimientos han estado a flor de piel, el miedo se apoderaba de tú mente y no deja paso a ningún momento de calma, porque todo esta a merced del  tiempo y este no se deja controlar. Entonces, te preguntas muchas cosas, pones en cuarentena las posiciones que van tomando los que te rodean, y no te atreves a decir lo que realmente estás sintiendo.Te agarras a la absurda esperanza de que el paso de los dias ponga las cosas en su lugar, porque tienes miedo de carecer de tiempo porque aunque este te sea concedido, hay situaciones que no dependen de ti. 

A veces, no aprovechamos el tiempo que se nos regala para decir lo que sentimos, porque hablar de sentimientos casi siempre duele y nos resulta dificil afrontar el dolor. Nos dedicamos a preguntar a los demás esperando una respuesta que nos de la razón y así calmar nuestras conciencias o engañarlas. En cambio, cuando se nos presenta la posibilidad de carecer de tiempo, nuestro corazón necesita escuchar lo que sienten los demás, y que nos dejen espacio sin hacernos preguntas para poder comprender como nos sentimos nosotros y dejamos pasar un tiempo antes de hablar, porque creemos que con más calma estaremos en disposición de enfrentar las preguntas que quedaron pendientes, y desde el respeto y el cariño tender puentes para acercar posturas.

Pero quizá al otro lado el tiempo se tornó lento y ya es tarde para afirmar cualquier tipo de alianza, por eso, cuando nos embarga la melancolía, esa nada que tanto duele, solo necesitamos unos instantes para que nos den un abrazo o nos regalen un " te quiero ". Para no llegar a pensar que no pudimos ser futuro y ya no somos pasado.

Aún en esos momentos, debemos seguir caminando, porque todo pasa, y hoy será ayer en pocos minutos y mañana nos sentiremos vivos de nuevo.