La Esperanza , nos ha convertido
en herreros de un porvenir sin forja,
abriendo brecha en un final
que se impone por la fuerza
de un adiós prematuro.
Necesitamos ser algo más,
no un punto irreversible que avanza,
sin ser línea en la distancia.
O la simiente mítica de un falso dios,
caída en un tiempo de espinas.
Pero la realidad...nos llama desde el Alba.
Y vamos juntos, aprendiendo a vivir,
silencio a silencio
empuñando la palabra
como arma ineficaz contra el ocaso
qué paciente espera...nuestro fracaso.
Pero llegará la Esperanza,
nos mostrará un nuevo camino,
y conseguiremos salvar las vidas
de nuestros seres queridos.
Ojala la vacuna que se anuncia cercana, sea una realidad que nos devuelva la salud, la libertad y la Esperanza.
De momento le ha devuelto un poco de lo perdido a la bolsa, era una noticia que hacia falta, la única información la ha dado la farmacéutica y nos fiamos de lo que dice. Pero seguimos aguantando, nadie volverá a tildar a los ciudadanos de impacientes. un abrazo
ResponderEliminarDemasiada paciencia estamos teniendo ! aunque la situación requiere no precipitarse...algunos siguen sacando tajada de los males ajenos. La historia se repite casi siempre, los buitres se alimentan y hacen grandes fortunas con el dolor y la miseria que asola a los más débiles de la sociedad.
ResponderEliminarAbrazos con cariño.